Nuestra Historia

Creada con el propósito de servir al desarrollo de la persona, la sociedad y la herencia cultural de la Zona Norte, desde 1956 la Universidad Católica del Norte entrega su aporte al mundo, a través de sus profesionales formados en las más diversas
disciplinas del conocimiento, a la luz de una educación que se caracteriza por incorporar los principios del Humanismo Cristiano y la Vocación Social, junto a valores como la Libertad, la Verdad, la Justicia y el Compromiso Social y Ambiental.

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68 Años de Historia en el Norte de Chile

La Universidad Católica del Norte (UCN) conmemoró su 68 aniversario el 31 de mayo de 2024. Se trata de una fecha significativa que rememora el inicio oficial de sus funciones en 1956 como la primera Institución de Educación Superior en el Norte de Chile. Fundada por un grupo de sacerdotes de la Compañía de Jesús, con el apoyo de la entonces Universidad Católica de Valparaíso (actualmente PUCV), la UCN ha jugado un papel preponderante en la educación y desarrollo de la región de Antofagasta.

Fundación y Primeros Pasos

Los terrenos donde se erigió la UCN en Antofagasta fueron generosamente donados por Berta González Moreno quien, a través de la Fundación Educacional Alonso Ovalle, vinculada a la Compañía de Jesús, entregó sus bienes para la construcción de esta Universidad.

El fallecido investigador y exalcalde de Antofagasta, Floreal Recabarren, escribió sobre ella: “Resulta observable que Berta, no siendo nortina ni habiendo tenido un contacto más íntimo con esta región, haya destinado parte de sus bienes para la construcción para la en ese entonces Universidad del Norte (…). Su acción benefactora tuvo una gran proyección en el desarrollo universitario”.

Berta González de Astorga falleció el 20 de octubre de 1974. Hoy, un busto con su imagen honra su gesto en la plaza ubicada frente a la Biblioteca UCN en Antofagasta.

Las clases en la Universidad del Norte comenzaron el 25 de marzo de 1957, con un centenar de estudiantes y 20 profesores, en instalaciones provisionales ubicadas en la calle Prat de Antofagasta.

En 1964, la institución fue reconocida por el Ministerio de Educación, alcanzando plena autonomía y convirtiéndose en la tercera universidad católica del país y la octava de vocación pública.

La fundación de una universidad en el Norte de Chile, en una comuna que menos de 80 años antes había sido territorio extranjero, representó un acontecimiento histórico de gran relevancia. Lautaro Núñez Atencio, Doctor Honoris Causa de la UCN, Premio Nacional de Historia 2002, académico del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museos de la UCN y estrechamente vinculado a la primera generación de estudiantes de la UCN, destaca la trascendencia de este logro.

“Hace más de 60 años ocurrió un hecho de enorme trascendencia para el Norte. En esos tiempos no había universidades. Quienes querían estudiar debían tomar el tren Longino y salir de sus ciudades natales del Norte como Arica, Iquique o Antofagasta para estudiar en Santiago. Eso marcó para nuestras generaciones una gran pregunta: ¿Por qué las universidades estaban en Santiago y no en el Norte? Esta pregunta en Antofagasta tomó tanta fuerza que un grupo de líderes antofagastinos, sacerdotes y jesuitas querían restituir”, cuenta el historiador.

Entre los líderes, Núñez recuerda especialmente al sacerdote jesuita, investigador y educador Gerardo Claps Gallo, quien llegó a ser el primer rector de la Universidad y que en vida fue premiado con el Ancla de Oro por sus contribuciones a la comuna. “Este acontecimiento tuvo una repercusión a nivel nacional. Una vez establecidas las primeras instalaciones universitarias, la noticia se extendió a Iquique, donde se inauguró un importante museo regional de la UCN; y a Arica, donde también se llevaron a cabo actividades docentes iniciales. Así, la Universidad surgió para ofrecer respuestas directas a las necesidades educativas de la región, permitiendo la formación de personas en su propio territorio”, explica el Premio Nacional de Historia.

Expansión y Consolidación

El impacto de la UCN se extendió más allá de Antofagasta, abriendo en 1968 una sede en la región de Coquimbo. Con una inicial Escuela Normal Universitaria, la sede de Coquimbo se expandió rápidamente, destacándose en Ciencias del Mar con la incorporación del grupo PECTEN en 1972 y el establecimiento del Centro de Investigaciones Submarinas en 1976. Este avance fue consolidado en 1984 con la creación del Centro de Acuacultura y de Investigación Marina, gracias a la colaboración con la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA).

En la actualidad, la sede de Coquimbo es un referente en áreas como Medicina, Ingeniería, Teología y Derecho, consolidando su posición como líder en la región.

Influencia en el Norte Grande

La UCN también ha tenido una notable influencia en el desarrollo del conocimiento y las ciencias en el Norte Grande de Chile. Destaca el trabajo arqueológico en San Pedro de Atacama, iniciado por el padre jesuita Gustavo Le Paige en 1967, que culminó con la fundación del museo que lleva su nombre. Asimismo, a través del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo (IIAM) la Universidad desarrolla actividades académicas, investigativas y de formación junto a la comunidad.

El legado de la UCN se extiende a Iquique y Arica, donde mantuvo sedes hasta 1981, contribuyendo significativamente al desarrollo regional.

Legado y Compromiso

A 68 años de su fundación, la UCN se ha consolidado como un referente del conocimiento en el norte de Chile, no solo formando generaciones de profesionales destacados, sino también preservando y estudiando la cultura nortina. Lautaro Núñez, Premio Nacional de Historia y Doctor Honoris Causa de la UCN, subraya la importancia de la catolicidad en la fundación de la universidad, destacando su compromiso con la religiosidad popular y las culturas originarias.

Hoy, con más de 14.000 estudiantes en sus campus de Antofagasta, Coquimbo y San Pedro de Atacama, la UCN ofrece extensa gama de programas académicos de pregrado y postgrado, sustentada por una planta académica de primer nivel y una destacada productividad científica.

Este compromiso constante con su entorno y con las problemáticas sociales refuerza su posición como un referente universitario en el norte de Chile.

Inicios

Contando con el terreno y con la conformación de las primeras unidades, el lunes 25 de marzo de 1957 se iniciaron las clases de la Universidad del Norte. Para ese entonces el naciente plantel contaba con un centenar de estudiantes matriculados y 20 profesores. Cabe recordar que las primeras clases de la Universidad se hacían en un inmueble de calle Prat.

En 1964 fue reconocida por el Ministerio de Educación, logrando su plena autonomía y convirtiéndose en la tercera universidad católica del país y la octava tradicional de vocación pública.

La existencia de una universidad en el Norte de Chile, específicamente en una comuna que hacía menos de 80 años había sido extranjera, fue todo un hito para ese entonces. Así lo recuerda Lautaro Núñez Atencio, Doctor Honoris Causa del plantel, Premio Nacional de Historia en 2002, académico del Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo UCN, y además cercano a la primera generación educada en la UCN.

“Hace más de 60 años ocurrió un hecho de enorme trascendencia para el Norte. En esos tiempos no había universidades. Quienes querían estudiar debían tomar el tren Longino y salir de sus ciudades natales del Norte como Arica, Iquique o Antofagasta para estudiar en Santiago. Eso marcó para nuestras generaciones una gran pregunta: ¿Por qué las universidades estaban en Santiago y no en el Norte? Esta pregunta en Antofagasta tomó tanta fuerza que un grupo de líderes antofagastinos, sacerdotes y jesuitas querían restituir”, cuenta el historiador.

Entre los líderes, Núñez recuerda especialmente al sacerdote jesuita, investigador y educador Gerardo Claps Gallo, quien llegó a ser el primer rector de la Universidad y que en vida fue premiado con el Ancla de Oro por sus contribuciones a la comuna.

“Este acontecimiento tuvo una repercusión a nivel nacional. Una vez establecidas las primeras instalaciones universitarias, la noticia se extendió a Iquique, donde se inauguró un importante museo regional de la UCN; y a Arica, donde también se llevaron a cabo actividades docentes iniciales. Así, la Universidad surgió para ofrecer respuestas directas a las necesidades educativas de la región, permitiendo la formación de personas en su propio territorio”, explica el Premio Nacional de Historia.

Frontis campus Antofagasta

Coquimbo

En 1967 se inician las gestiones para abrir otra sede de la Universidad en la actual región de Coquimbo. Para marzo de 1968 comienza la actividad académica en la zona, con la Escuela Normal Universitaria dependiente de la Facultad de Pedagogía y Educación de Antofagasta, con una matrícula de 48 alumnos, todos adultos.

Para 1972, se incorpora el grupo PECTEN dedicado a la investigación submarina, hecho que marca el inicio de una de las líneas de trabajo más exitosas de la Universidad, como son las Ciencias del Mar. En 1975, la sede pasa a llamarse “Centro de Investigaciones de la Universidad del Norte”, dependiendo de ella los institutos de Investigaciones Marinas, de Capacitación Agrícola, de Investigaciones Turísticas, de Investigaciones para el Desarrollo Rural, el Centro de Investigaciones Teológicas y el Centro de Documentación.

Ya para 1976 se aprueba el proyecto “Creación del centro de Investigaciones Submarinas de la Universidad del Norte” en Guayacán, Coquimbo. El año 1984 significa un enorme avance para la UCN Coquimbo, ya que, en esa fecha y mediante un convenio, la Intendencia Regional entrega a la Universidad los fondos donados por el Gobierno de Japón a través de la Agencia de Cooperación Internacional de ese país (JICA), para poner en marcha el Centro de Acuacultura y de Investigación Marina de la República de Chile, pionero en Latinoamérica.

Esta importante innovación implica un decisivo impulso a las carreras de Biología Marina, creada en 1981, y a la de Ingeniería en Acuicultura, que parte en 1986.

En la actualidad, la UCN se consolida como una institución líder en la región de Coquimbo, con un amplio desarrollo disciplinar que incluye áreas como la Medicina, Ingeniería, Teología y Derecho, entre otras.

Vista campus Coquimbo
Campus UCN Coquimbo

Norte Grande

Cabe destacar que la UCN también ha tenido gran influencia en el desarrollo del conocimiento y las ciencias en el Norte Grande. Parte de este legado reside en la importancia arqueológica que despertó el poblado de San Pedro de Atacama, gracias a las investigaciones realizadas por el padre jesuita Gustavo Le Paige, quien en 1967 fundó el museo del poblado con el apoyo de la Universidad.

Asimismo, el legado de la entonces Universidad del Norte también incluyó Iquique y Arica, en donde tuvo sedes hasta 1981.

Legado

A 67 años de su fundación, la UCN se ha consolidado como uno de los principales baluartes de los conocimientos del Norte, periodo en el cual entregó no sólo generaciones de destacados profesionales, sino que también se ha convertido en uno de los grandes albaceas de la cultura nortina.

“Fue un movimiento católico el que logró la fundación. Entonces, se le da ese carácter de catolicidad como forma para entender que no sólo se debe recordar a los fundadores, sino recoger esa catolicidad tan fuerte del país. Por ejemplo, las evidencias más profundas de Chile en términos de religiosidad popular están en el Norte, como La Tirana y Andacollo, hay una base de catolicismo muy importante y nuestra Universidad en su momento fundacional también recoge a nuestros pueblos originarios. Se grabaron discos para recoger la música de los atacameños. Es decir, se recogieron las grandes características del Norte de Chile para ser objetos de estudio y que hoy están preservadas por nuestra casa universitaria”, explicó Lautaro Núñez.

En la actualidad, con más de 14.000 estudiantes en Antofagasta, Coquimbo y San Pedro de Atacama, una variada oferta de programas de pregrado y postgrado (magísteres y doctorados), una planta académica de primer nivel y una importante productividad científica, la UCN se sitúa dentro de las instituciones de Educación Superior de avanzada en el país.

Asimismo, su sustento valórico y compromiso permanente con el entorno y con las problemáticas de las personas y de la sociedad en su conjunto, hacen de la institución el gran referente universitario del Norte de Chile.