23 octubre 2025

Academia

Hondo pesar por fallecimiento del sacerdote jesuita Emilio Vergara Vicuña

El padre Emilio marcó la vida universitaria de la UCN como académico y asesor pastoral.

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La Comunidad de la Universidad  Católica del Norte (UCN) lamenta el fallecimiento del R.P. Emilio Vergara Vicuña, sj, ocurrido en Santiago a los 101 años de edad. El sacerdote jesuita, recordado con afecto como el padre “Gato”, dejó una huella imborrable en la Comunidad Universitaria, por su labor académica y de acompañamiento en la Pastoral.

Académicos y funcionarios que compartieron con él destacan su cercanía, alegría y espíritu de servicio. El Dr. Marcelo Lufin, académico de la Facultad de Economía y Administración (FACEA), lo recordó como un referente espiritual y humano. “El ‘Gato’ era una pieza central para que todo funcionara y para que todos se sintieran bienvenidos. Se preocupaba de que las personas se conocieran y animaba a conformar grupos, ya fuera para cantar o para realizar trabajos comunitarios. Aunque ya era un hombre mayor, poseía una energía impresionante y un alma grande y joven”, manifestó.

En la misma línea, el Dr. Iván Jirón, académico del Departamento de Matemáticas, subrayó la profunda coherencia entre su fe y su compromiso social. Inspirado en el Padre Hurtado y en los Ejercicios de San Ignacio, el P. Vergara dedicó su vida a acompañar jóvenes y formar comunidades. “Su lema vital, ‘échale pa’ delante’, resume su testimonio de esperanza y perseverancia”, señaló.

VIDA DEDICADA AL SERVICIO

Nacido en Talca el 17 de julio de 1924, ingresó a la Compañía de Jesús en 1941 y fue ordenado sacerdote en San Miguel, Argentina, en 1954. A lo largo de más de ocho décadas, desarrolló una amplia labor en la docencia y el acompañamiento espiritual en colegios, parroquias y universidades del país.

Entre 1980 y 1997 residió en Antofagasta, desde donde desplegó una intensa labor pastoral con la comunidad tanto universitaria como de la ciudad. Fue académico  y acompañó la Pastoral en la UCN y fue asesor de Comunidad de Vida Cristiana (CVX) en Antofagasta.

Conoció personalmente a San Alberto Hurtado en 1936, quien inspiró su compromiso social y pastoral. Su carácter perseverante y su cercanía con los jóvenes dieron forma a comunidades de vida cristiana, encuentros juveniles y espacios de reflexión.

Con su partida, se despide a un servidor de Dios, incansable formador y acompañante espiritual, que entregó su vida a la juventud y a la construcción de una fe encarnada en la vida cotidiana.