4 abril 2025

Sobre la ecología integral

Erika Tello Bianchi, Directora General de Pastoral y Cultura Cristiana UCN Ha sido el Papa Francisco, una personalidad mundial, quien ha abierto senderos de reflexión para la humanidad, que posibilitan detener la marcha febril de la productividad, la tecnología, el deterioro del medio ambiente, sin reparar en el destino de la humanidad. Con sus encíclicas […]

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Columna de

Erika Tello Bianchi

Directora General del Pastoral y Cultura Cristiana

Erika Tello Bianchi, Directora General de Pastoral y Cultura Cristiana UCN

Ha sido el Papa Francisco, una personalidad mundial, quien ha abierto senderos de reflexión para la humanidad, que posibilitan detener la marcha febril de la productividad, la tecnología, el deterioro del medio ambiente, sin reparar en el destino de la humanidad. Con sus encíclicas ha iluminado los días de incertidumbre y aciago en que nos encontramos, con el dilema del cambio climático, sus palabras orientadoras han exigido replantear algunos tópicos en el seno de la comunidad creyente y con ello revisar las temáticas que más preocupan al joven universitario, al hombre y mujer que laboran diariamente su porvenir, alejado del ruidoso mundo del poder económico, político, militar. La propia revista que editamos desde hace varios años “Tierra Nueva”, no sólo ha modificado radicalmente su formato sino los asuntos a tratar, que, al fin y al cabo, son de las materias contingentes que afectan al ser humano en sus distintos ámbitos.

Queremos detenernos en el significado de la ecología integral. Nuestro medio ambiente se ve dañado de múltiples formas, lo que estimuló que en el mundo europeo surgiese hace unas décadas la denominada ecología política, que era tomar postura ideológica por el rumbo que iba el binomio producción y consumo y exponer la necesidad de un cambio, una inflexión en ese sendero. Había necesidad de optar por la sustentabilidad.

El Papa Francisco, en su encíclica Laudato si, expuso con claridad la postura de la Iglesia sobre el mundo natural. Una relación que surge meridianamente con San Francisco y su visión prístina sobre el cuidado de la creación divina y, por sobre todo, el nexo que tenemos de involucrarnos en una relación armoniosa con lo sintiente que habita en sus rincones selváticos y esteparios, boscosos y desérticos.

Esta postura del Papa Francisco apunta a poner el deber, la obligación en el ser humano de preservar el planeta y rectificar y/o remediar el perjuicio causado. La mirada debe estar puesta en la “casa común” que es la Tierra, para las generaciones venideras. Hay una visión retrospectiva, que posibilita dar cuenta de los errores de una explotación sin ética, sin conciencia, sin responsabilidad sobre los recursos naturales y los efectos que ha debido sufrir la humanidad, desde la deforestación hasta el agotamiento de determinados recursos, sin contar la contaminación general que afecta la salud y la calidad de vida de los seres humanos.

Aquello debe constituir lecciones para toda la humanidad. Y, ahora, cómo plantear acciones y políticas que orienten la satisfacción de las necesidades hacia la sustentabilidad del planeta. La “casa común” exige también, un nivel de responsabilidades según el grado de relevancia en la orientación de la economía mundial de aquellas potencias que poseen los grandes capitales, pero también las grandes extensiones de superficie en el planeta.

La “casa común” obliga a acceder a todos los seres humanos a los bienes que existen en la Tierra, como consustanciales a los inicios de la ocupación humana. Aquellos bienes deberían ser los que permitan mejorar las condiciones de vida de hombres, mujeres y niños en distintos continentes. Todos son hijos de Dios. No existe el testamento de Adán que le confirió a algunos países detentar el monopolio de lo que es común a la humanidad. El acento en la ecología integral está puesto en la ética, en la dignidad del ser humano. Una orientación que nos acompañará en las reflexiones de las políticas públicas y en las conductas individuales del ser humano.

Columnista

Erika Tello Bianchi

Directora General del Pastoral y Cultura Cristiana

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